martes, 18 de octubre de 2016

Good Bye my Love!!



¿Cuando las mujeres decimos adiós?

¿Las mujeres dejamos de amar cuando ellos ya dejaron de hacerlo 20 años antes?

Dejamos de amar ¿por acción, omisión, exceso de...

Hay múltiples causas y no se podrían enumerar razones ni sentimientos; porque hay miles de corazones en el mundo con una complejidad tal que sólo se trata con psicólogos, médicos y especialistas del arte de curar, cuando los mismos no son correspondidos.

Pero sí podemos hacer un esquema muy sintético diciendo que dejamos de amar por acción o sea por las acciones de la otra persona que nos lastima, acciones por omisión con ausencias incomprensibles, justificadas o no, silencios, distancias, palabras dichas en contextos confusos, no llaman por teléfono, ni se conectan al MSN ni escriben mails; y por último por exceso de...en cierta ocasión, una mujer me contó que citó a su pareja 97 veces y media, en un lugar a tomar un café para explicarle a su “amado” cuánto lo amaba pero que ella necesitaba más. El señor en cuestión nunca entendió las necesidades de esta pobre mujer y seguramente rogaba que ella algún día quedara muda, para no tener que escucharla más. Pero la mujer perseverante y tenaz, le hizo casi 100 veces un análisis de cuánto fallaba la relación y las causas y pormenores. En este caso dejó de amar por exceso de, pero no por un exceso de veces que habló con el caballero sino por exceso de idiotez que sumado a la raíz cuadrada de terquedad sobre ceguera crónica daba como resultado: excesivo comportamiento pueril y desprolijo.

Pero lamentablemente el corazón es complejo y no puede a veces asimilar el desamor, inventa historias, interpreta hasta los movimientos gestuales del rostro del amado, que inmutable la mira en silencio. Las mujeres pasan horas hablando con sus amigas de estos inconquistables caballeros. Algunas de sus amigas, sabrán escucharlas, darles un buen consejo, otras quisieran estar en su lugar y por último están las dueñas de la verdad, de la justicia y de la experiencia que se atreven a juzgar y se olvidan de la educación para señalar a estas pobres y desoladas mujeres lo que tienen que hacer! ¡Dios las bendiga!

En fin, escuchemos a nuestro corazón, a nuestro yo interior, a nuestra intuición y sobre todo escuchemos los eternos silencios de estos caballeros a quienes sólo podemos ver en fotografías y finalmente digamos: ¡Good By my Love!

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Salvatore Donadío