Desde que era muy chica me caractericé por no juzgar la vida de los demás, tenía muy en claro cómo quería que fuera la mía y respetaba el derecho a vivirla como el otro quisisera.
No cambié mi postura... a lo largo de mi vida entendí también otras actitudes no sanas de los seres humanos: la envidia.
Si cada uno pusiera atención a su vida y se alimentara y nutriera de cosas buenas y edificantes, que es de esperar todos tenemos en mayor o en menor medida, no recordarían de meterse en la vida de los demás.
A todos nos gustaría tener algo del otro, por ejemplo su belleza física o espiritual, pero no me molesterá su alegría de vivir, su espíritu de lucha y más que nada su brillo personal....algo así como el cuento del escorpión y la luciérnaga. Es más, nos daría placer estar al lado de alguien así y contagiarnos de su optimismo y su esencia.
De alguna forma se debería alumbrar esa sombra que oscureció el alma de quien envidia, con amor, misericordia y tratando de ponernos en su lugar pero si aún así; si la negatividad es muy fuerte...decir adiós... lisa y llanamente decir adiós...la vida hay que vivirla con buenas vibras...
Infinidad de besos...
La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren. Nadie es realmente digno de envidia. Arthur Schopenhauer
La envidia es una declaración de inferioridad.
Napoleón Bonaparte
La envidia en cualquier orden de la vida es una losa que muchos llevan a cuesta toda su vida, por eso, precisamente, son infelices y hacen infelices a quienes les rodean. Lo peor de todo es que se debe a su complejo de inferioridad y emplean esa forma de ser para tapar sus carencias. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Lumi Bravo Herranz. Creo que a lo largo de nuestra vida "participaremos" de otros sentimientos aún sin querer: la indiferencia, la tristeza, la falta de confianza en el otro hasta la soledad, pero nunca la envidia porque además se pierde mucha vida propia envidiando la del otro. Te admiro mucho y nuevamente gracias por estar.
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