Si entendiéramos la fragilidad de cada momento que vivimos con felicidad o con tristeza. Si supiéramos descubrir la ternura y dulzura que todos tenemos y la expresáramos sin miedo a quedar expuestos y la sintiéramos bien adentro...si nos conectáramos así al menos una vez en el día, sin duda nuestro camino sería llano y su paisaje de colores más intensos.
Gracias Maestro Donadio Salvatore.
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