"Hola "nenita". me dijiste que te llamabas Pancha pero ¿de dónde te conozco?
¿Conocen el "síndrome" del reencuentro? Una Historia de Vida está investigando las nuevas "sindromelogías" (?) para darles información al respecto y aliviarles ciertos traumas que surgen al pretender interrelacionarse nuevamente con el pasado.
Conocimos
así, el caso de una mujer que antes de casarse tuvo 50 novios. Luego de
tener una mala experiencia con su matrimonio y llegar a un divorcio de
común acuerdo, pensó que no pasaría el resto de su vida llorando a su
ex marido, asíque recopiló datos de las agendas que aún conservaba,
información de internet, de amigos en común, etc etc y una vez obtenido
un perfecto registro de todos ellos, decidió contactarse con cada uno.
La pobre era muy sentimental y se enamoraba de todos, pero dicen que
las segundas vueltas no funcionan y parece que es realidad, porque no
enganchó a ninguno!
También
nos llegó el caso de la que durante veinte años siempre se rencontraba
con el mismo amor. En este caso juntos conocieron todas las huellas de
la vida: se vieron con 20 kilos de más, en el próximo reencuentro
estaban recuperados, también quebraron sus empresas, en el próximo
reencuentro habían ganado la lotería y su posición económica había
cambiado, llegaron a ser abuelos y se reencontraron para salir de
compras de baberos, sonajeros, pañales descartables...gastaban fortunas
para sus queridos nietitos y así, en muchas ocasiones más se
reencontraban felizmente en las buenas y aún en las malas.
Y
entre tantos motivos y efectos por los que se producían lo reencuentros,
estaba aquél imposible de concretar, por el que la señora en cuestión
iba llorando por todas iglesias rogando a los sacerdotes, a Dios y a
la Virgen que la redimiera de sus pecados por amar a este hombre,
imposibilitado por la ley y el sentimiento de corresponderla en los
suyos. Creemos firmemente, que si no se toman los recaudos necesarios,
sería el más complejo de todos: la pobre mujer visitaba psicólogos que
la comprendieran, nunca lo logró hasta encontrar el indicado. Hasta
había pensado en la posibilidad de una junta de psicólogos, o viajar al
extranjero en busca de uno idóneo. En fin, sus amigas la escuchaban por
horas interminables, sus amigos desaparecieron, no entendían la
situación, su familia la juzgaba, se sentía Maria Magdalena apedreada,
participó de cualquier procesión para que la luz divina la inspirara y
pudiera terminar esta relación. Su patología aumentaba día a día. Año a
año, sus años se iban y no querían regresar. Sus amigas la hicieron a un lado, haciéndola
sentir, adúltera y protagonista de las más atrocidades morales, hasta
que luego de pensarlo en profundidad, llamó a su amado; se vieron para
compartir un café y decidieron que esta relación ya no daba para más,
que de ahora en más serían amigos, fieles e inocentes.
En
fin, podemos concluir que a veces tomamos a la tremenda situaciones
simples de resolver, y cuando encontramos la punta al iceberg como
Pancho y Pancha, la vida es más simple y más bella.
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