Es tan real esta poesía que por momentos pareciera serlo más que la misma realidad que vivimos.
A veces la vida ha pasado y nos ha dejado heridas junto a nuestras propias huellas y las de los demás. Nos resignamos y libramos nuestra vida al azar, viendo como transcurre y sin sentir la necesidad de ser protagonista en ella.
Somos pasivos, indecisos y resignados a un "destino" y a la incertidumbre diaria de cada día.
Como dice la Poesía de Neruda, nadie es culpable de lo que nos pasa, porque hasta el dolor más grande se puede aceptar y tratar de revertir. Es por este motivo que comparto esta poesía que me obsequió Carla, un gran amiga, y asi veamos que somos responsables ya no de nuestro destino en el que nunca creí, sino principalmetne del hacer y del no hacer por enfrentar dificultades y triunfar. Siempre vale la pena intentarlo.
Todos los besos...
No culpes a nadie
Nunca te quejes de nadie, ni de nada,
porque fundamentalmente tu has hecho
lo que querías en tu vida.
Acepta la dificultad de edificarte a ti
mismo y el valor de empezar corrigiéndote.
El triunfo del verdadero hombre surge de
las cenizas de su error.
Nunca te quejes de tu soledad o de tu
suerte, enfréntala con valor y acéptala.
De una manera u otra es el resultado de
tus actos y prueba que tu siempre
has de ganar.
No te amargues de tu propio fracaso ni
se lo cargues a otro, acéptate ahora o
seguirás justificándote como un niño.
Recuerda que cualquier momento es
bueno para comenzar y que ninguno
es tan terrible para claudicar.
No olvides que la causa de tu presente
es tu pasado así como la causa de tu
futuro será tu presente.
Aprende de los audaces, de los fuertes,
de quien no acepta situaciones, de quien
vivirá a pesar de todo, piensa menos en
tus problemas y más en tu trabajo y tus
problemas sin eliminarlos morirán.
Aprende a nacer desde el dolor y a ser
más grande que el más grande de los
obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo
y serás libre y fuerte y dejarás de ser un
títere de las circunstancias porque tu
mismo eres tu destino.
Levántate y mira el sol por las mañanas
y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de tu vida,
ahora despiértate, lucha, camina, decídete
y triunfarás en la vida; nunca pienses en
la suerte, porque la suerte es:
el pretexto de los fracasados.
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