viernes, 22 de febrero de 2013

Pintando la Vida



Hemos transitado muchas emociones, tanto en la alegría como en la tristeza, al iniciar nuestro camino con ustedes; y hemos enfatizado en la importancia del color de la vida, aquel con el que elegimos ver cada día, más allá de nuestras limitaciones que serán aún más limitadas-valga la redundancia- cuando seamos concientes de nuestra abundancia, en lo que nos rodea y más que nada en nuestro interior.
Así, cuando elegimos un color para ver la vida, un color lindo acorde a nuestros diferentes estados de ánimo, vemos todo distinto y con un sentido de alegría y el sentimiento de querer convencer a quien está a nuestro lado que elija ver la vida igual que nosotros, desde su lujar, más allá que no pueda o no quiera.
Elegir ver el color de la vida es sencillamente disfrutar y entender que el dolor más grande, la decepción más fuerte, el abandono, la frustración, etc. puede minimizarse si tratamos que se tiña del color de la vida y termine minimetizándose con él. Es algo así como estar en un hermoso paisaje, sintiéndonos parte de él, porque estamos en él y sentir que sería distinto sin nuestra presencia.
No es bueno ausentarse de la vida, parece ilógico decirlo, pero en verdad, no es bueno meternos para adentro sin mezclarnos a veces en el bullicio del tumulto o en la serenidad y paz tal como elijamos en cada momento.
Dicen que hay colores que producen una profunda transmutanción en nuestro espíritu. Creemos que los infinitos colores de cada momento que vivimos nos llegan al alma para colorear una tristeza y pintarla de alegría. Infinidad de Besos...

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Salvatore Donadío