APROXIMACIÓN DE LA ESTÉTICA DE QUINQUELA
"Me paso un mes persiguiendo colores, ideando formas, sintiendo imágenes y en pocas horas vuelco todo como un torrente. Preparo mis telas o cartones con blanco de cinc, luego con una carbonilla aboceto la obra. Cuando pinto, sin embargo, no me ato demasiado a ese boceto inicial y aprovecho las ideas que tumultuosamente aparecen en el momento. Tampoco me esclavizo al modelo. Yo agrego lo mío al cuadro y si necesito un rascacielos, lo pongo en el horizonte.
Me gusta trabajar con generosidad de materia, me expreso con rapidez. La idea parte de una impresión, de un cielo fugaz, de unas nubes pasajeras, de una luz rosada o violácea. "
Me gusta trabajar con generosidad de materia, me expreso con rapidez. La idea parte de una impresión, de un cielo fugaz, de unas nubes pasajeras, de una luz rosada o violácea. "
"El color nace con uno, es instintivo, elegí el color para las flores y el paisaje, para mis barcos y mis cielos, para este riachuelo que prolonga mi vida hacia un río de cambiantes tonos. El color nunca muere, y yo entre colores seguiré viviendo, irá prendido a los colores hasta después de muerto". Con este criterio, Quinquela pintó su propio ataúd "este lugar será el santuario para mi después". Para la superficie exterior utilizó una amplia gama de colores en sucesivas franjas de celeste, verde limón, verde lino, rojo, azul, amarillo y marrón, en la tapa pintó una cruz y un barco y en el interior parte de rosa y parte con los colores de la bandera argentina. "El color no tiene fin. Cada color expresa un momento, una emoción y como yo quiero rendir homenaje a los colores aún después de muerto, pinté yo mismo mi ataúd con los colores argentinos por dentro, y por fuera con los siete del arco iris. "
Artista instintivo, subrayó las características expresivas de la realidad, creando una nueva visión. Vivió contemplando el puerto, trasladándolo a la tela para exaltarlo a través de una materia densa, de fuertes empastes e intenso espatular y de una variada y rica paleta tonal. Hacedor incansable, ocupó un lugar significativo como ser humano y artista ejemplar. Trasladó a sus obras el sentimiento profundo que despertaban en él su barrio, su gente y su lugar de pertenencia. Destacado exponente del arte nacional, de libre temperamento, sin ataduras, elevamos a Benito Quinquela Martín a la categoría de paradigma a través de su estética singular.
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